sábado, 28 de agosto de 2010

Reencontrando la pluma

Hace buen tiempo que no escribo en el Blog, muchas cosas han pasado, felizmente positivas y aunque siempre me encuentro dando un poco mas de lo que recibo, de todas maneras el viento sopla a favor.
Mucho trabajo, donde tengo que apelar a la experiencia adquirida para sacar los temas adelante y manejar la presion y el estres. Tuve noticias a comienzos de año para realizar un viaje al Viejo Mundo (Bèlgica), y este se dio a mediados de año.
Muy interesante experiencia, otra vez agarrando maletas y encaminandose al aeropuerto.
Son muchas cosas que vienen a la cabeza en ese trayecto, tantas cosas vividas y ahora hacia una nueva experiencia.
Ya en el aeropuerto registrarse e ir unas horas a la sala de espera para enrumbar.

viernes, 2 de abril de 2010

En un día de Reflexión

Despúes de algunas semanas logro darme un tiempo y poder pensar en muchas cosas, el día a día me venia ganando. Felizmente cada vez que quiero meditar sobre esto o aquello, recurro a algun libro de mi Biblioteca en busca de algún mensaje o relato que me inspire en esa tarea.

Es así que les comparto un relato encontrado y para hoy que es un día de reflexión cristiana, Viernes Santo, inspira hacerlo.

"Un hombre decidio visitar a un ermitaño que vivia cerca del monasterio de Sceta. Despúes de caminar sin rumbo por el desierto, acabó encontrando al monje.
- Necesito saber cual es el primer paso que hay que dar en el camino espiritual--dijo
El ermitaño lo llevó hasta un pequeño pozo y le pidió que mirase su reflejo en el agua. El hombre obedeció, pero el ermitaño empezó a tirar piedras al agua e hizo que la superficie se moviese.
- No podré ver bien mi rostro mientras usted siga tirando piedras---dijo el hombre.
- Del mismo modo que es imposible para un hombre ver su rostro en aguas turbulenas, también es imposible buscar a Dios si la mente está ansiosa con la búsqueda--dijo el monje--. Este es el primer paso.

Fuente: Maktub, Paulo Coelho

Y esto es muy cierto muchas veces la ansiedad por algo nos hace tomar caminos equivocados o no encontrarlo y sólo porque la deseperación nos gana. Tranquilidad y paciencia para encontrar la ruta.

Buen día.